miércoles, 4 de noviembre de 2009

Carta de Cumpleaños

He querido compartir esta carta, en donde – aprovechando un cumpleaños- hago un poco de filosofía barata. Espero les guste, mis queridos fantasmas.
Alan R. Ramírez.



Sábado, 08 de agosto de 2009

¿Qué tan feliz es un cumpleaños?

El ser humano, en su afán de contabilizar y controlar todo, ha domado, en apariencia, al monstruoso tiempo. El tiempo es lineal y no un ula ula atorado en el robusto planeta tierra. El tiempo no es cuantificable, no es una libreta con doce fotos para cada 28, 30 ó 31 cuadritos. ¡Tú eres tiempo!

Observa -no te cuesta nada -, y ve el sentido que tiene la mayoría de las personas del tiempo. Cuantifican las cosas. He traído al “principito” para ejemplificar lo que digo:
  • Si decís a las personas grandes: “He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo…” No acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles: “He visto una casa de cien mil francos” Entonces exclaman “¡Qué hermosa es!”.
¿No te parece un buen ejemplo? Aquí el dinero mediatiza la felicidad y –al menos la mayoría de las personas-, necesitaran crear círculos para adquirirla. Están las quincenas, o semanas, según el día en que llegue el dinero acumulado por su trabajo. Hay quienes, burgueses mamones, lo miden por años: “mi contrato es por 4.5 anuales” (el 4.5 puede ir en escalera, dependiendo su fortuna, miles _cientos- millones y puf). Pero, Liliana, ¡Tú eres tiempo!


Nos dedicamos a vivir la vida de una manera, como expresa Séneca en “sobre la brevedad de la vida”, tan rápida y sin la contemplación del pasado que, realmente, todo pasa en un pestañeo. La muerte más horrible, después del enamorado, es de quien no contempla el pasado, planifica el futuro y vive el presente; sus últimos días son sujetos de frustración. Joaquín Sabina dice que no hay peor nostalgia que añorar lo que jamás sucedió. Porque, sabes Liliana, ¡Tú eres tiempo!


Regresando a lo del tiempo. Cuando las personas crearon el calendario, justificado científicamente como el segmento de línea (tiempo) que tarda en gira alrededor del sol la tierra, evidenciaron también las grandes ventajas. El hombre puede saber en que momento se puede cultivar los alimentos. Pero jamás se imaginaron que éste sería el inicio de su nuevo temor: la mortandad. Mentiría si te digo que los cumpleaños, concientes, son felices. La gente sabe que -a cada cumpleaños- se acerca a la muerte, a su fin. Por eso intentamos que ese día sea extremadamente divertido, para que olvides que el final se acerca. Pero, Liliana, ¡tú eres tiempo!
Cuando, como dice Nietzsche en aquella novela de Irving, uno abre la llave oxidada de los ojos puede ver el mundo desde otra perspectiva. La borrosidad -causada por la acumulación de lágrimas (que se resisten a pasear por las mejillas) -provoca un ambiente más bello, más tierno. ¿Tú de que vas? Te preguntaras, no puedo ser el pesimista de siempre, por el contrario, quiero darte mis deseos: y que Dios te ayude a encontrar una muerte digna. Disculpa mi sarcasmo.


Eres una gran mujer, con defectos como todas. Tan grande que me es imposible verte. Si fuera niño, y quitando tu alcoholismo, serías una persona a quien seguiría, mi ideal a seguir. Dado que no soy un niño y, desde cierta perspectiva, me gusta la maldad, te contemplo con distancia. Contemplo tu hermosura, tu sencillez, tu amabilidad, nadie en el mundo se imaginaría que eres abogada. Te contemplo con ternura, como se mira a una foca con escasos momentos de nacida. Hoy adoro: tu pelo de dos colores, tu cuerpo de dos colores y tu humor de dos colores. Me encanta, no sabes cuanto, que me marques por teléfono por las mañanas y me hagas mi vida o más triste o más linda. Me encanta ir por ti a la av. cinco de mayo. Me fascina que manejes la motoneta y poner mi vida en tus manos. Adoro, o por tu Dios, adoro que me digas: “quiero comer”. Si me dejaras, hoy por hoy, extrañaría decirte todas las noches: “descansa… duermes rico… hasta mañana y… te amo mucho.

Feliz cumpleaños.

Atte. a mis 23 años

Alan R. Ramírez


4 comentarios:

Balam Wong dijo...

...Interesante..

A veces no te entiendo.

Y creo que -a pesar de nuestra amistad- tampoco me entiendes.

Lo único que resta por decir, es aquello que ya dijo (y dijo bien) un viejo conocido:

Hasta la victoria siempre.

Anónimo dijo...

soy un fantasma

omar

Anónimo dijo...

no mames wey, hasta en las cartas a tu nena filosofas
estas enfermo jajaja
ya duermete
y nos vemos con pedro enrique
atte. tu papa

Lalamiau dijo...

No hay mejor que convinar las cosas que amas en tu caso la filosofía y a tu novia (la apestosa Liliana) y darte cuenta que para tener una necesitas de la otra claro porque no con un amargo sabor de la cerveza y el fiel cigarro eso sería toda una oda a la "perfección" o mejor escrito una ambivalencia a la vida jajaja rayos me acorde de algo que decia mi madre "El que por su gusto muere hasta la muerte le sabe" jajaja creo que dejaré de escucharla un rato jajaja pero que orgasmico sería morir así; continuando con la carta de cumpleaños que dejame te digo que no hay mejor regalo que la honestidad de unas letras cargadas con la necesidad de añoranza y la hiel de una despedida y terminada con un te amo no sé podría ser clasico y olvidado porque quien en una carta llena de sarcasmos se despide así jajaja creo que es una buena hora para estar de acida jaja pero no aqui por el momento es todo.

Se despide Lalamiau el hada muerta jajaja o como me dicen la hija perdida de Bukowsky jajaja maldito Engel pero como lo amo >_<.