jueves, 28 de abril de 2011

La maldición de un sabio / Alan Rojas Ramírez

Dedicado a Cauce Ciudadano A. C.





La maldición de un sabio.





Existió una vez, me contó mi conejo, un hombre con una extraña maldición: cada que tenía ideas buenas para la humanidad, a éste le pasaba alguna calamidad. Un día, por ejemplo, descubrió que las personas se encontraba a sí mismas (caían las máscaras), de la misma manera que en el álgebra se descubre el valor de “equis”. Antes de que su lápiz comprobara que su ecuación era valida, universal y necesaria, quedó sordo.

Otro día, por nombra un caso más, se le ocurrió la idea de crear una pastilla para llorar, así el ser humano podría drenar periódicamente su alma; pero antes de tocar el timbre de un científico, amigo suyo, perdió la voz.

Mudo, sordo y un etcétera de infortunios, decidió jugarse su última carta. Una noche, justo antes de dormir, escribió en una piedra con cincel en mano:

“hay tantas ideas en el mundo, pero cuando éstas involucran a la humanidad, bien vale la pena hacer el más grande sacrificio… porque en ella descubrirás que eres humanidad”.

A la mañana siguiente, la piedra fue colocada como epitafio en su tumba.

FIN.



Epílogo:
la idea del álgebra y la identidad, me la comentó Carlos cruz en una plática... una plática sobre el destino de la humanidad jaja

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