jueves, 22 de septiembre de 2011

LAS JUVENTUDES EN MÉXICO: EVOLUCIONAR O COMBATIR


Las juventudes en México “debemos” evolucionar o combatir; principio básico de sobrevivencia. En nuestra disyunción, evolucionar implica sodomizar el cuerpo a base de salto y caída hasta el brote de alas. Emigrar es la opción. Volar, la única manera. Yo no me voy de aquí para morir en el camino: ¡mejor que una bala perdida quiebre mi cabeza en la comodidad de mi hogar! Empero si llegara a tener alas, rezaré incansablemente a cada aleteo para que el narco o los militares no cuenten con baterías antiaereas.


Ahora que si analizamos el segundo disyunto, combatir, nos ahorraríamos esfuerzo y tiempo. El combatir le va al joven, como las camionetas a nuestros depredadores. Naturaleza más evidente no se conoce en el reino animal. ¿Se imaginan 36 millones de jóvenes con bayoneta y granada en mano? Yo no; porque combatir no implica categóricamente una lucha armada. Combatir es actuar, hacer frente con acciones que puedan replicarse exponencialmente para transformar un entorno que se nos impuso: porque nadie nos preguntó si queríamos una guerra; pese a que, en nuestro sistema demócrata, la juventud es mayoría.


No hablaré de cifras -que ya mucho se ha dicho y es deber cívico estar enterados-, pero sí diré que frente a tan GRAN bono demográfico juvenil… el Estado Mexicano está haciendo poco (por no decir, nada). ¿Y sentirán vergüenza al llamar nini’s a quien no posee una preparación académica o un trabajo digno? Somos mayoría, y por eso nos matan. Somos mayoría y de no aniquilarnos, en el 2012 veremos una lluvia de publicidad política (dirigida a las juventudes) para votar por “quis” o “ye” partido. Regresemos al combatir.


Hoy los jóvenes tenemos la obligación de alistarnos para enfrentar su empresa bélica, o morir con la esperanza de que nuestra sangre sea hecha moronga: ¡deliciosa moronga!


Por lo arriba dicho: llegó la hora. Entremos a la guerra con o sin miedo, pero combatiendo. Combatiendo desde los colectivos, crew’s, clanes, pandillas, gangas, clicas, círculos, barrios, agrupaciones y etcéteras joviales. Allí habita la fuerza que, sin figura jurídica, podrá mantenernos vivos. Combatir con el graffiti, con las rimas sociales en esquinas, divulgando la filosofía, matizando vivazmente con puestas teatrales los barrios, y limpiando y reciclando y rescatando espacios contaminados. Combatir es actuar; dejar la indiferencia y asumir nuestra naturaleza.
Porque al final, combatir será la aventura más bella.


Mas si existiera joven con alas, cual paloma mensajera, habrá de contar la historia de los que nos quedamos a combatir: aunque para dar fe... deba mostrar sus cicatrices.

Alan Rojas Ramírez

1 comentario:

hell dijo...

De acuerdo. Creo que la clave está precisamente en el llamado bono demográfico. Las revueltas internacionales de los últimos meses tienen el factor común de los jóvenes inconformes. Me gustó: Combatir, desde los varios frentes, será la aventura más bella.

Ah, y me recordaste la canción: "porque somos más, jalamos más parejo, por qué estár siguiendo a una bola de pendejos".

hell