jueves, 28 de enero de 2010

Carlos y Ana (cuentos para pendejos).

Alan R. Ramírez.



ANA
(Primera parte)

Hubieras visto su cara. ¡No Raquel! Pero si ya no hay amor, para qué lo tengo atrás de mí oliéndome la cola como perro.
¿Qué cómo lo corté? Primero lo dejé esperando una hora y media en el metro Coyoacan. Antes di que fui, ganas me sobraban para irme de peda contigo perra. Sí, ahí seguía, escribiendo en su cuaderno. Sus ojos, no mames güey […] para cagarse de la risa. Yo hablo como quiera de él, que por mucho tiempo disfruto mis nalgas. ¡Aja! Fue el primero. Era un asco güey. A mí me gusta que me sometan, la adrenalina, que me graben mientras mi cabeza está en medio de sus piernas. ¡Hay! Ahora resulta que tú eres diferente, si te conozco mosco; todos se enteraron de la vez que te encerraste con Eduardo en el baño.
Lo reconozco, Carlos sabía dar buenos besos ¿Cómo que por qué lo dejé? Pues creo que después de todo, ya no soy tan apasionada a leer e informarme, mucho menos a los debates. Y, esque, realmente él no me necesitaba, lo que le hace falta es una enciclopedia. No sabe bailar, no tiene dinero, y no le gusta el alcohol. Sí, un verdadero martirio güey. Ándale, igualito a tu ex. Yo nací para conocer el mundo.
Acompáñame al baño, no seas malita. Pinche Raque, vamos. Sí, sí, me leíste la mente, yo también muero de hambre, pero primero al baño.


Me regalas una servilleta. Hay que lindo, gracias. Espera Raquel […] ya. No sólo lloró, también me la hizo de a pedo. Sí, por la foto que trepaste a la web. Al contrarío Raquel, me hiciste un parote. No. Para qué le doy explicaciones, ni que no supiera que le ponía el cuerno. Ya se le pasará, aunque dicen que el primer amor es el más difícil de olvidar.
El otro es un insaciable, es como si no le diera abasto. No güey, nada lo llena; eso es lo que me atrae de él. Nunca habla: ni cuando vamos en el carro, hacemos el amor, o… Pero por supuesto que me he quedado a dormir en su casa. No mames pendeja, cómo van a saberlo mis padres. Pues les digo que voy a una fiesta o a tu casa. Sí güey. Es un misterio. Me siento protegida. Excitada. Creo que lo amo…
…Carlos se puede ir a la chingada.

1 comentario:

Dévorah KurnikobraX dijo...

No mames, nomas leí el nombre (cuento para pendejos), y dije noma, este lo tengo que leer, jajaja, es como si algo me llamara a leerlo, está muy bueno, me late ;)